La vivienda de obra nueva está resistiendo mucho mejor la crisis que la de segunda mano. En un principio se argumentaba que esta resistencia se debía en gran parte a una oferta más limitada (la viviendas que se construyen cada año), pero a medida que la crisis del covid-19 ha avanzado se ha podido ver que existen otros factores que estarían permitiendo que la vivienda más nueva (no solo la recién construida) aguante mucho mejor el temporal que la de segunda mano.

El interés por la vivienda de obra nueva no se ha visto afectado durante la crisis, es más, los compradores podrían estar más interesados ahora en este tipo de inmueble que antes de la crisis por una serie de factores que están beneficiando a este mercado.

La pandemia del covid-19 ha cambiado la demanda de los consumidores en lo relativo a vivienda, aseguran desde el Instituto de Valoraciones. Aunque la actividad del sector inmobiliario se ha visto ralentizada durante el período del confinamiento que tuvo lugar en el 2020, poco a poco se ha ido recuperando, llegando, en estos últimos meses, a cifras de compraventa de viviendas cercanas a las registradas en 2019. Una tendencia positiva para el sector que se nota especialmente en la vivienda nueva.

Estos expertos argumentan que según la Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad del Instituto Nacional de Estadística (INE), en agosto y septiembre del 2020 se registraron un total de 6.768 y 8.388 compraventas de vivienda nueva respectivamente, lo que supone un crecimiento interanual de las transacciones en un 6% en agosto y 29% en septiembre.

Aunque en octubre del 2020 se haya registrado un ligero descenso del 5% en las transacciones de obra nueva, la evolución de este mercado sigue generando expectativas de un panorama positivo, sobre todo teniendo en cuenta que, por su lado, las transacciones de vivienda usada en 2020 han decrecido en agosto (-16%), septiembre (-7%) y octubre (-15%), en comparación con los mismos meses del 2019. «Así, se puede apreciar entonces que, tras los meses de confinamiento, el mercado de la vivienda de obra nueva ha tenido una mejor evolución respecto al mercado de la vivienda de segunda mano», explican desde el Instituto de Valoraciones.

Los datos que publica el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana muestran que la vivienda con más de cinco años de antigüedad acumula una caída de más del 2% desde el último trimestre de 2019, mientras que la vivienda con menos de cinco años (entre la que está la obra nueva también) se mantiene estable y acumula una subida del 1% interanual. ¿Por qué estas diferencias?

-Una oferta muy limitada. Frente a las más de 800.000 viviendas nuevas que se levantaron en 2006 (plena burbuja inmobiliaria), en la actualidad los visados de obra nueva en España han tenido serios problemas para llegar a los 100.000 al año. No existen desequilibrios en este mercado. La vivienda nueva que se levanta se vende. Además, ahora los bancos piden que un porcentaje importante de las viviendas estén vendidas (alrededor del 50%) sobre plano para financiar la promoción inmobiliaria, lo que impide que se cometan excesos como los de 2006 y limita la oferta.

-Cambio en la demanda. Desde Idealista explican en sus previsiones para 2021 que durante el confinamiento muchos españoles fueron conscientes de las carencias de sus hogares y de que preferirían vivir en zonas menos céntricas a cambio de disponer de más metros cuadrados, mayor luminosidad, jardines o terrazas. Además, el buen funcionamiento que está teniendo el teletrabajo en muchas empresas posiblemente esté empujando también a muchos profesionales a plantearse establecer su residencia en municipios pequeños alejados de los grandes núcleos urbanos.

Desde el Instituto de Valoraciones explican que en este sentido, se ha notado en los últimos meses un mayor interés por viviendas de obra nueva, chalets y otros inmuebles que cumplan con las demandas que tienen hoy en día los consumidores: espacios amplios y exteriores, luminosidad, estancias extra para teletrabajar, alta eficiencia energética, entre otros. Normalmente, la vivienda de obra nueva se concentra fuera de las ciudades y cuenta con estas nuevas características que se demandan ahora.

-Más comodidades y facilidades, sin tener que salir de casa. Además del cambio de demanda en las características de los inmuebles, entra también en juego la necesidad y el deseo de contar con otras facilidades en el hogar como pueden ser jardines, zonas infantiles, deportivas o piscina. Estos espacios, más comunes en la obra nueva, han pasado a ser más relevantes en los últimos años y pueden ser determinantes también a la hora de tomar una decisión de compra de vivienda. Se incluyen también como extras muy valorados las plazas de garaje o los trasteros.

-Su ubicación en los extrarradios, más demandada que nunca. En las ciudades principales, lo más habitual es que las nuevas promociones se construyan en zonas en crecimiento en los extrarradios de las ciudades, como pueden ser Madrid y Barcelona, donde la disponibilidad de suelos en el centro suele ser limitada. Y, este año, a diferencia de cómo podía pasar anteriormente, estas zonas más alejadas del centro se presentan como un atractivo más para los interesados en la obra nueva. Se trata de enclaves con menor densidad de población y más tranquilos, pero que, igualmente, suelen tener en sus cercanías servicios de todo tipo como colegios, hospitales o centros comerciales.

-La personalización y la eficiencia energética, la clave de la obra nueva. Uno de los grandes beneficios que ofrece la obra nueva es la posibilidad de personalizar la vivienda sobre plano, e, incluso, elegir los materiales que se quieren usar para estancias como los baños o la cocina, lo que evita tener que afrontar reformas posteriores. Poder diseñar una vivienda a medida con estilos como el «open concept», la posibilidad de incluir tecnología domótica u otras soluciones que favorezcan el ahorro energético, son algunos valores añadidos que ofrece la obra nueva. Cabe destacar también la sostenibilidad que caracteriza a estas viviendas, teniendo en cuenta que actualmente los procesos de construcción son más sostenibles y las casas más eficientes. De hecho, según una directiva de la Comisión Europea, en el 2021, todos los edificios nuevos deben ser de consumo de energía casi nulo.

-Su forma de pago también puede tener ventajas. Si bien es cierto que las viviendas de obra nueva suelen tener precios más elevados, aunque depende de su ubicación, en algunos casos ofrecen facilidades de pago que conquistan a los compradores. Entre ellas: la fragmentación del pago de la vivienda durante el periodo de construcción o, incluso, condiciones de financiación más ventajosas por los acuerdos que puedan tener las promotoras con los bancos.

 

Fuente: elEconomista.es